El
ser humano, el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y así
seguiremos, eternamente, negándonos a aceptar que la ilusión, simplemente, es
esa piedra con la que estamos encariñados; odiando a la decepción, aun a sabiendas
de que no es más que la herida ocasionada por esa caída.
El problema no es tropezar, el problema es encariñarse con la piedra