viernes, 8 de diciembre de 2017

Aire

Nací con alas, pero tuve vértigo. Y ese miedo irracional a saltar al vacío me impedía iniciar el vuelo. Hasta que llegaste tú, dispuesto a enseñarme a despegar los pies del suelo. Y me empujaste. No me diste alas, pero me enseñaste a usarlas. Y de mi estómago salieron mariposas, revoloteando, más vivas que nunca. Y en un suspiro, recorrimos el cielo. Y cuando por fin aterrizamos y pude mirarte a la cara, me di cuenta de que no necesitaba volar para ser libre, pues tenía todo el cielo en tus ojos.

Eres mis 4 elementos

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